Aún hoy en tiempos de modernidad y globalización para algunos resulta sorprendente que ciertas mujeres dirijan grandes empresas u ocupen distinguidos cargos directivos, posiblemente, han olvidado que somos la mitad de la población, pero además suponen que la naturaleza por dotarnos de las algunas cualidades tales como la ternura, la belleza y la posibilidad de traer una vida al mundo, mezquinamente adrede nos hubiera limitado la capacidad cerebral. Valientes mujeres desde época remotas, violentas y complicadas dieron grandes batallas en busca de alcanzar derechos básicos y que con el tiempo se convirtieron en lo que hoy nos parece casi normal como la posibilidad de ser dueñas de nuestros destinos, libres para elegir, crear y emprender, aunque si bien, ese soñado equilibrio de géneros aún no se logra, se ha progresado notablemente y algunas afortunadas más que otras disfrutan de las mieles del cambio, paulatino, pero sin pausa.
Claramente en algunas geografías lejanas a la realidad Estadounidense, el emprendimiento femenino resulta casi una odisea, los rezagos culturales, la ignorancia y la falta de oportunidades condenan a las pocas que se atreven, a naufragar en el mar picado de los negocios. Es común escuchar comentarios como “Que hace una mujer haciendo esto” o “Si está preparada para hacerlo”, “Es que los hombres sí son buenos para los negocios”. Al menos esa fue mi experiencia y posiblemente ese el mismo camino que han transitado la mayoría de las mujeres latino americanas que han intentado lanzarse al difícil mundo empresarial.
Sin embargo, volviendo al contexto local en USA, las cifras oficiales reveladas por la oficina del censo de Estados Unidos indican que en el 2018 el número de empresas de propiedad de mujeres se incrementó en un 0.6% de acuerdo con la encuesta Anual de la oficina de la Oficina del Censo de EE. UU en su encuesta anual de negocios (ABS). Las empresas propiedad de mujeres en el sector de las artes, el entretenimiento y la recreación aumentaron un 10,5 %, de 22 219 en 2017 a 24 542 en 2018. Los 10 sectores que se muestran en el gráfico a continuación también experimentaron un crecimiento en las empresas propiedad de mujeres.
Según el artícul Overcoming Some Of The Barriers To Women Entrepreneurship publicado por la revista Forbes en Septiembre del 2021 más mujeres que hombres iniciaron sus pequeños negocios durante el 2020, desafortunadamente la pandemia golpeó fuertemente estos emprendimientos debido a los cierres prolongados en los comercios y a la necesidad de atender el cuidado de los hijos al que se vieron abocadas, debido a la implementación de la educación virtual como respuesta a la gravedad de la situación sanitaria. El artículo también destaca que las principales barreras que enfrentan las mujeres emprendedoras son la falta de financiamiento, sesgos de género, inequidad en el trabajo y falta de apoyo.
Pero no todo es negativo, en la actualidad existen varias iniciativas que han contribuido al incremento de los emprendimientos femeninos, así como iniciativas institucionales que buscan afianzar los emprendimientos liderados por mujeres y darles las herramientas necesarias para alcanzar el éxito. Algunos de ellos son el Small Business Administration (SBA), Pennsylvania Small Business Development Centers (SBDC) y Women’s Opportunity Resource Center (WORC) entre otras.
También es importante destacar organizaciones como de The Welcoming Center en Philadelphia y su programa de emprendimiento, que ha venido trabajando con un nutrido grupo de emprendedoras ofreciéndoles asistencia técnica, talleres y entrenamientos que les permitan orientar mejor sus negocios y hacerlos más competitivos. Así mismo, Widener University en Chester, ha venido desarrollando programas orientados a pequeños negocios y a mujeres como su programa Ella Emprende, el cual está orientado a empresarias latinas, con el propósito de ofrecerle herramientas que les ayuden a modelar sus negocios, afianzar su liderazgo, crear conexiones entre ellas y guiarlas en la creación y crecimiento de los mismos.
Las mujeres emprendedoras han entendido, que las primeras en creer en sus proyectos deben ser ellas mismas y que a pesar de las dificultades tienen todas las capacidades, creatividad y motivación para alcanzar el éxito. También saben que sus pasos son fuente de inspiración para otras que aún no se han decidido o que tienen mayores limitaciones para acceder a recursos financieros, educativos y tecnológicos que les permitan convertir sus ideas de negocio en una fuente real de ingresos. Tenemos la oportunidad de transformar nuestra realidad y el poder de seguir construyendo más espacios para las mujeres de hoy y el futuro.